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7/1/12

Música y Danza. Philippe Noisette-Danza contemporánea


Llega a esta página un nuevo apartado dedicado a abordar las relaciones entre música y danza, tenga la música un carácter exclusivamente instrumental, vocal-instrumental o solamente vocal, y la danza se presente como danza, ballet, danza-teatro, etc. Al igual que en el epígrafe "Música y texto", se ofrecerán fundamentalmente en este capítulo textos que se ocupen de estas relaciones desde una óptica lo más amplia y abarcadora posible.
Ocupan esta primera entrega algunas reflexiones de Philippe Noisette* recogidas en uno de los artículos de su libro
Danse contemporaine, mode d'emploi. Paris, Flammarion, 2010, "Danse et opéra"**. En él, Noisette, partiendo de la base de la pervivencia de los ballets escritos para la ópera, se plantea la necesidad de que los coreógrafos participen como directores de escena en las producciones operísticas: "No tienen menos derecho a equivocarse que otros", concluirá, al tiempo que reivindica sus aciertos que logran reconciliar "dos formas artísticas exigentes".

"Una coreógrafa como Trisha Brown, cuyo recorrido pasa por la danza americana postmoderna, no parecía la más cualificada para lanzarse a este tipo de trabajo. Y, sin embargo, su
Orfeo dirigido por René Jacobs sería uno de los éxitos más deslumbrantes del género, . Trisha Brown ha coreografiado además una Carmen puesta en escena por Lina Wertmüller, y se enfrentó a la Ofrenda musical de Bach en M.O. Pero realizó el Orfeo de Monteverdi (1998) sola, a instancias del encargo del teatro de la Monnaie de Bruselas. Todo el genio de Trisha Brown está en conseguir una armonía permanente en la conjunción entre danza, canto y acción. La distribución vocal se mueve como nunca, con un bailarín colgado de una cuerda sobre el escenario. El movimiento coreográfico no sirve, pues, como contrapunto a la acción, ¡se convierte en acción en sí mismo! (...)"
[Puede visualizarse casi toda esta obra en youtube, en enlaces como http://www.youtube.com/watch?v=pdje2F1HEvQ&feature=related]

A continuación alude Noisette a la música barroca como la gran inspiradora para los coreógrafos contemporáneos:

"El Barroco precisamente ha reconciliado a muchos amantes de la lírica con la danza. Gracias a Atys se ha redescubierto la música de Lully, compositor de Luis XIV, dedicada a este gran género. En una remarcable producción, el equipo reunió al director William Christie, al direcgor Jean-Marie Villégier y a la coreógrafa e investigadora Francine Lancelot. Esta última, que estudió con Mary Wigman en Alemania y con los Dupuy en Francia, reconstruye pasos de danza que son reinvenciones para cada uno. E imagina otros: estará en el origen, con su compañía Ris et Danceries, de la renovación del Barroco, que entremezcla ca menudo danza y ópera. Desaparecida después, Francine Lancelot había formado "discípulos" como Geneviève Massé o Béatrice Massin, cuyas creaciones (Que ma joie demeure, Songes) no son sino deliciosos homenajes a arias operísticas barrocas. Posiblemente más iconoclasta, el tandem José Montalvo y Dominique Hervieu revitalizan Paladins, una fábula lírica de Rameau: instilan su sentido del tempo, se atreven a realizar una mezcla visual sorprendente -¡un jardín preciosista y animales salvajes!-, sin olvidar un "mix" de danza entre clásica, contemporánea y hip hop. La obra está completamente trastocada, pero supuso un pleno triunfo entre su público (...)"
[Paladins aparece en youtube en enlaces como http://www.youtube.com/watch?]feature=endscreen&NR=1&v=0vss5pGxZ3E ]

"La alemana Sasha Waltz, maestra en el arte de crear universos en los que la escenografía sobresale sobre la danza, no se ha resistido a la voz de las sirenas de la ópera. Dido y Eneas está concebida como una obra total, una mezcla de canto y gestualidad. Los amantes largamente separados se sumergen en una piscina gigante. Con Romeo y Julieta de Berlioz, encargo de la Ópera de París (2007), Sasha Waltz lleva a los cantantes a un ejercicio físico cercano al coreográfico, y los bailarines deben moverse en un decorado móvil, símbolo del drama de los amantes de Verona (...)"

"Lejos del género lírico hay que destacar Wolf, una producción ejemplar del belga Alain Platel, creada en Alemania, en viejas naves industriales (...). Fiel a sus costumbres, el iniciador del colectivo Ballets C. de la B., se acerca a Mozart no abordando una obra sola sino a través de una serie de arias de su repertorio (...). Su acercamiento coreográfico, convertir en cotidiano el teatro de las emociones, se ve aquí magnificado por las sopranos que no son las últimas en entran en la danza. De obra en obra, Platel ha utilizado la música "live" como vehículo: de la Pasión de Bach a las Vísperas de Monteverdi, siempre en versiones con arreglos sorprendentes. En este artista sin compromiso, la voz se convierte en danza"
[Fragmentos de Wolf en youtube:http://www.youtube.com/watch?v=BzDmNAAhzhQ]


*Periodista y crítico de danza. Colabora en el periódico
Les Échos y en las revistas Paris-Match, Les inrockuptibles y Danser et Femmes. Autor de las monografías Couturiers de la Danse (2003) y Le Corps et la Danse (2005).
**Páginas 180-1. La traducción al español de este artículo es mía, en una versión libre.