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31/7/13

Cajón de sastre-"La dama boba" (Lope de Vega)

Crítica de la versión de Laila Ripoll con la Compañía Micomicón de La dama boba de Lope de Vega, con Marcos León, Teresa Espejo, Ana Varela, Mariano Llorente, Manuel Agredano y Antonio Verdú en el reparto, representada en La Corrala del Palacio del Caballero (Olmedo) el 25-07-2013.





"Estupenda fiesta"

"Se inició esta séptima jornada con un minuto de silencio por las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela; sencillo pero emotivo homenaje desde este rincón de Castilla. Después, un escenario de estética kistch, presidido por un telón de boca con cortinajes anunciando las célebres fajas 'Soras '; en los laterales, mobiliario variado utilizado por los actores como bastidor y vestidor durante toda la obra. Debo confesar el desconcierto de esta propuesta escenográfica, potenciado además por el arranque de los actores, con un texto extraño a la pieza clásica, que sin embargo recordaba a obras como '¡Ay Carmela!', con la parodia del 'Cara al sol' y de los faranduleros que llegan para hacer su función (que, por supuesto es 'La dama boba'). ¿Cómo encajaría el texto dentro de este contexto? ¿A qué respondería esta reubicación temporal de la obra en la España de los años '40? Con oficio y sabiduría teatral, Laila Ripoll va desvelando sus intenciones en el transcurso de la obra: la parodia inicial ha sido, en realidad, una reposición de la loa que abría la comedia barroca; las breves partes cantadas y bailadas suplen los bailetes, jácaras, mojigangas y entremeses que separaban los tres actos y, finalmente, se ofrece un fin de fiesta, como ocurría en las tablas del siglo de Oro. Ripoll propone, en definitiva, por una puesta en escena de 'La dama boba' que conserve su carácter festivo y popular reactualizando sus códigos musicales y coreuticos. Y la apuesta le ha salido francamente bien, entre otras cosas por la chispa con que están ingeniadas y aderezadas las coplillas, joticas y fandanguillos (creación de Marcos León, 'Laurencio' dentro de la obra), y lo hábilmente que están defendidas sobre las tablas por un elenco polifacético, compacto y bien equilibrado.
Como ocurría con los cómicos de la legua de antaño el reparto, además, está integrado por pocos actores que tienen que doblar roles, haciendo a veces papeles masculinos y femeninos (cosa, por otra parte, habitual en el teatro del Barroco) como sucede con Mariano Llorente, que representa a Octavio y Clara o Manuel Agredano, a Turín y Celia. Antonio Verdú, dobla solo a personajes masculinos (Liseo y traspunte).
En cuanto al tratamiento de la pieza, la directora madrileña conserva las escenas antológicas de la comedia lopesca, (el aprendizaje del alfabeto, el parto de la gata, el certamen de sonetos, el retrato del pretendiente, el maestro de danza, el abrazo devuelto, el soneto del amor transformador) con su carácter y funcionalidad. Y, aunque se prescinde de partes textuales y de algunos personajes, permanece lo esencial.
El público rió de lo lindo con esta producción que ha vuelto a las tablas dieciséis años después de su estreno, ahora en una versión más madura que, a pesar del tiempo transcurrido, rebosa frescura y energía. Acaba así el repaso de damas revisitadas en Olmedo: de Calderón a Velázquez del Puerco, pasando por Tirso y Lope."

El Norte de Castilla, 27-07-2013, pág.51
[http://www.elnortedecastilla.es/20130726/cultura/estupenda-fiesta-201307261957.html]