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31/7/13

Cajón de sastre-"La dama duende" (P. Calderón de la Barca)

"Un Calderón con poco duende"

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"Apenas un mes tras su estreno en el Festival Clásicos de Alcalá y a pocos días de clausurar el Festival de Teatro Clásico de Almagro, ha llegado a Olmedo esta ‘La dama duende’, último fruto del malogrado Miguel Narros, que no pudo acabar de ver el montaje sobre el escenario al tener que ser re-hospitalizado. De ahí que esta obra cobre especial relevancia afectiva, como broche final de la carrera de un director de escena imprescindible en el teatro español.
En el reparto, además, se han incluido actores como Iván Hermes (Cosme) o Marcial Álvarez (D. Luis) que ya habían compartido trabajado con Narros en su anterior y exitosa ‘Yerma’. A éstos se han unido los nombres de Chema León (D. Manuel), Diana Palazón (Dª Ángela), Mona Martínez (Isabel), Emilio Gómez (D. Juan), Eva Marciel (Dª Beatriz), Paloma Montero (Clara) y Antonio Escribano (Rodrigo), sangre joven pero experimentada sobre las tablas y los platós de televisión y cine. Firma la escenografía Mónica Boromello, la iluminación Juan Gómez Cornejo, la música Luis Miguel Cobo y la versión Pedro Víllora.
La adaptación de este albaceteño polifacético nos deja un poco insatisfechos al dejar de rastrearse en ella en no pocas ocasiones el marchamo calderoniano. La pieza queda prácticamente reducida a una comedia de enredo, desigual en su estructura (un arranque enmarañado, un nudo divertido y chispeante –sin duda lo mejor de la representación–y un desenlace tan dilatado que parece no llegar nunca en una obra de dos horas y media de duración) y, me temo, despojada de la trascendencia filosófica implícita en la pieza y planeada por director de escena y adaptador. Afirma Víllora que su texto retoma partes de dos ediciones de la obra impresas en Zaragoza y Valencia, que por sus variantes con la coetánea de Madrid han generado muchas controversias entre los estudiosos; por abreviar la cuestión: la edición madrileña es considerada la definitiva o autorizada. Víllora, alejándose de las puestas en escena al uso que toman como base esta versión, ha optado por las que tilda de «notables variaciones», que a tenor de lo visto, embarullan y ralentizan la acción.
Otras novedades introducidas atañen al carácter de los personajes y de determinadas situaciones dramáticas: los hermanos de Doña Ángela, protectores de su honor, aparecen como bobalicones (sobre todo Don Luis) en su prosodia y en su gestualidad perdiendo así la gravedad moral del texto calderoniano. La obra aparece sazonada de gags eróticos no aludidos por Calderón ni de forma explícita ni en el subtexto. En este sentido, el colmo de la inverosimilitud llega cuando las criadas de Doña Ángela y Doña Beatriz salen ataviadas de moras y danzan contoneándose delante de Don Manuel y Cosme, mientras fuman cigarrillos de vapor, intentando recrear un oasis de fantasía para sendos personajes.
A pesar de lo dicho el público rió y disfrutó mucho con estas fanfarronadas, tan típicas, por otra parte, en el tratamiento escénico de nuestros clásicos. Y por cierto, el verso más sobresaliente, el de Iván Hermes, en un Cosme que verdaderamente se salía."
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Fotografía: Fran Jiménez

El Norte de Castilla, 22-07-2013, pág. 33
[www.elnortedecastilla.es/20130721/cultura/calderon-poco-duende-201307212226.html]